Hay que reconocer que nos gusta mimar a nuestro coche: llevarlo limpio, evitarle arañazos, que esté ordenado y huela bien. Sin embargo, a veces realizamos algunas prácticas de forma inconsciente en la conducción que, sin que nos demos cuenta, nos hacen perjudicar a nuestro vehículo. Así que te contamos cuáles son los ‘vicios’ más comunes y si te identificas con alguno, estás a tiempo de revertirlo:
Conducir con el depósito en reserva
Con la gasolina no conviene apurar. El hecho de que se encienda la luz de reserva puede producir que las impurezas del combustible se introduzcan en el sistema de inyección y en el filtro del combustible, lo que causa daños en la bomba de combustible, elimina la correcta funcionalidad del filtro e incrementa el consumo.
Revolucionar en exceso el motor en frío
Un hábito muy común entre los conductores es revolucionar el motor nada más arrancar. Se trata de un error que puede provocar mayores desgastes porque el motor necesita tiempo para conseguir la temperatura adecuada.
No controlar la presión de los neumáticos
Hay que llevar la presión de los neumáticos dentro del rango estipulado. Lo contrario aumenta la distancia de frenado, reduce el agarre e incrementa la posibilidad de reventón. Otra consecuencia es un desgaste irregular de los neumáticos con un consumo creciente de combustible.
Evita también golpes en los bordillos, ya que dañan los neumáticos.
Pisar en exceso el pedal del embrague
El embrague desembraga la caja de cambios y desconecta la transmisión del motor. Por eso es fundamental pisar el embrague solo para realizar un cambio de marcha.
No evitar baches
Los baches causan daños en el sistema de suspensión y en los neumáticos. Deben esquivarse y, si esto no es posible, superarlos a velocidades adecuadas para reducir los daños en el vehículo. Así se salvaguardan los bajos del vehículo, evitando que el escape, o los paragolpes delanteros o traseros, golpeen contra el suelo.
Llevar el coche muy cargado
Tanto los frenos como la suspensión y la transmisión se ven forzadas a un esfuerzo mayor, lo que ocasiona desgaste.
Así que ya sabes: revisa si tienes alguna de estas manías y ponle freno 😉